Chinedu de 11 años nació con la enfermedad de células falciformes y después desarrolló necrosis vascular en la cabeza del fémur lo que paralizó sus piernas. Los médicos temían que la acumulación de presión en sus caderas pudiera terminar en una cirugía, por lo que le dieron un par de muletas. Tratar de hacer su vida con muletas era agotador y frustrante, ya que no podía correr con sus amigos ni practicar deportes. Se sentía inferior como resultado de su discapacidad. Con lágrimas, su madre lo llevó a La SCOAN, creyendo que un solo toque de Jesucristo podía borrar su dolor.
Cuando el profeta T.B. Joshua lo localizó y comenzó a orar Chinedu dijo «sentí una fuerza que trató de empujarme hacia abajo. No puedo explicarlo. Intenté resistirlo pero el poder ganó». Al instante, ¡Chinedu se levantó y caminó sin las muletas! Con alegría, regresó a la escuela y sorprendió a sus compañeros con su nueva salud y fuerza. Como un testimonio del poder de sanidad de Jesucristo, el joven Chinedu aconsejó a todos los que observaban, «Mantengan su fe en Dios, ¡Él los sorprenderá!».
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